Foto Alma Tadema: Yo he visto, hace años, en la playa un niño que
sangraba con un pie cortado por un casco de botella y que gritaba, qué
gemía angustiado; no quiero morirme. Era absurdo que un niño de 8 años
gritase así; la gente se reía porque no había ningún peligro de muerte,
es verdad, pero había sí ! y mucho! miedo a la muerte. Ese miedo lo
sentimos todos. Lo experimentan los creyentes y los ateos y los
agnósticos, y los menos creyentes, los tibios yo misma....pero los hay
los que se la quitan voluntariamente , éstos los voluntarios creo que no
buscan la muerte buscan el amor, él amor de alguien que ya no les ama.
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