Si te das cuenta mi querido invierno, tu juventud y tu explendor no te
han servido para seducirme.... En cambio, tu madurez si, y con ella me
di cuenta que tú también me haces falta y, que sin ti, es imposible
renacer.... Por eso, creo que al final, es un privilegio haber hecho
juntos este perezoso y largo viaje.
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