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jueves, 2 de agosto de 2012

Mujeres en la Historia: Simone de Beauvoir

 En Cuba con Sastre y el Che Guevara

Una de sus jóvenes amantes, Nathalie, dijo de ella que era como un reloj dentro de una nevera. (París, 1908-1986) Pensadora y novelista francesa, representante del movimiento existencialista ateo y figura importante en la reivindicación de los derechos de la mujer. Originaria de una familia burguesa, destacó desde temprana edad como una alumna brillante. Estudió en la Sorbona y en 1929 conoció a Jean-Paul Sartre, que se convirtió en su compañero durante el resto de su vidaSe graduó en filosofía y hasta 1943 se dedicó a la docencia en los liceos de Marsella, Ruan y París. Su primera obra fue la novela La invitada (1943), a la que siguió La sangre de los otros (1944) y el ensayo Pyrrhus y Cineas (1944). Participó intensamente en los debates ideológicos de la época, atacó con dureza a la derecha francesa, y asumió el papel de intelectual comprometida. En sus textos literarios revisó los conceptos de "historia" y "personaje" e incorporó, desde la óptica existencialista, los temas de "libertad", "situación" y "compromiso". Se conocieron en París en 1929. Ella tenía 21 años y él 24.
Simone mantenía relaciones con hombres y mujeres. Sartre sólo con mujeres, y los dos, por ser profesores de instituto, se involucraban con jovencit@s. Pero ahí no está el problema.
¿Cómo le hacían estos franceses para sostener este tipo de vida? Sartre, por su parte, mantenía a muchas mujeres y hasta distribuía de manera perfecta el tiempo que pasaba con cada una. Por supuesto, ninguna sabía de la existencia de las demás, sólo su “Castor” (así le decía de cariño a Simone, por la semejanza de su apellido, Beauvoir, con la palabra beaver, castor en inglés).
En realidad, Sartre tenía un código: “viajes, poligamia, transparencia”. En su obra Carnéts, el filósofo francés explica que le dijo a Simone que “existían dos tipos de sexualidad: el amor necesario y los amores contingentes. Y Castor aceptó”. Simone era su amor necesario, las demás – Michelle, Arlette, Evelyne y Wanda-, eran los contingentes.
No obstante el acuerdo que los dos tenían (el de poder tener relaciones con las parejas que quisieran), nada fue tan fácil.
En La ceremonia de los adioses, Simone de Beauvoir describe los últimos años con Sartre
Simone de Beauvoir fue una niña solitaria, apegada a su padre, quien le enseñó el amor por los libros y el conocimiento; fue una chica que siempre sintió que tenía un cerebro de hombre en el cuerpo de una mujer.
Jean Paul Sartre siempre vivió como un niño consentido y ególatra hasta que se dio cuenta que el mundo de los adultos estaba lleno de pura farsa. Por una especie de complejo de inferioridad, este hombre buscó refugio en las mujeres, el alcohol, las drogas y la filosofía.
Así, con esas almas, la solitaria y el ególatra se convirtieron en una de las parejas más polémicas del siglo XX. El filósofo español Manuel Cruz explica el porqué: este par mitificó “su relación como paradigma de libertad y modelo de ruptura con las formas de vida burguesas tradicionales. Se trataron de usted durante más de 50 años, nunca vivieron juntos, se negaron a contraer matrimonio y tener hijos, y es conocida la liberalidad con la que ambos aceptaban que el otro miembro de la pareja mantuviera relaciones con terceras personas.”
Sí, esta pareja de filósofos franceses practicó la poligamia
es decir, mantuvieron relaciones sexuales con varias parejas mientras estaban juntos.
A más de 50 años de la polémica que desató la relación amorosa entre Sartre y
Simone de Beauvoir, el tema de la poligamia sigue siendo espinoso.
Actualmente, uno de los defensores de la poligamia es el psicólogo Christopher Ryan, quien asegura que los seres humanos estamos “bioprogramados” para la poligamia, Simone mantenía relaciones con hombres y mujeres. Sartre sólo con mujeres, y los dos, por ser profesores de instituto, se involucraban con jovencit@s. Pero ahí no está el problema.
¿Cómo le hacían estos franceses para sostener este tipo de vida? Sartre, por su parte, mantenía a muchas mujeres y hasta distribuía de manera perfecta el tiempo que pasaba con cada una. Por supuesto, ninguna sabía de la existencia de las demás, sólo su “Castor” (así le decía de cariño a Simone, por la semejanza de su apellido, Beauvoir, con la palabra beaver, castor en inglés).
En realidad, Sartre tenía un código: “viajes, poligamia, transparencia”. En su obra Carnéts, el filósofo francés explica que le dijo a Simone que “existían dos tipos de sexualidad: el amor necesario y los amores contingentes. Y Castor aceptó”. Simone era su amor necesario, las demás – Michelle, Arlette, Evelyne y Wanda-, eran los contingentes.
No obstante el acuerdo que los dos tenían (el de poder tener relaciones con las parejas que quisieran), nada fue tan fácil.
En La ceremonia de los adioses, Simone de Beauvoir describe los últimos años con Sartre, ese hombre con los ojos casi muertos, con una adicción terrible al alcohol, a las drogas…y a las mujeres.
Aunque esta pareja fue el símbolo del “amor libre” y la liberación sexual en los años sesenta y setenta, Simone de Beauvoir sí se sintió traicionada por Sartre, y más cuando éste “adoptó
 “para recibir y responder a estímulos sexuales de múltiples parejas”.
Sí, evolucionamos, pero “seguimos siendo primates y el polideseo nos mueve”, dice Ryan.
“Los humanos parecen ser los más sexuales de los primates, con penes y testículos más grandes que cualquiera de los otros primates y con estos últimos fuera del cuerpo, donde temperaturas más frías ayudan a preservar el esperma para poder tener múltiples eyaculaciones. La capacidad multiorgásmica de las mujeres y la llamada vocalización copulatoria femenina también sugieren que estamos hechos para la poligamia”, sostiene el psicólogo estadounidense

1 comentario:

  1. Grandes retratos de mujeres célebres de la historia que merecen ser reconocidas. Me encanta saber sus vidas, aunque hayan tenido sus errores y su lado frívolo, es bueno saber que fueron y son seres comunes como nosotros.

    Besos

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